Deba Marquina Camino del Norte

Deva_marquina- — Vistas desde el Camino del Norte

4 de septiembre de 2018. 4ª etapa Deba Marquina.

Me levanto al sonar el despertador, bueno al vibrar, porque lo tengo en silencio, y tras recoger, organizar la mochila y vestirme, bajo al bar de enfrente a desayunar, debido a que en el albergue no hay microondas.
En la tasca un café y un croasan y una pera que llevaba yo.
Seguido a dar la vuelta que el puente está roto y hay que andar 2 km para ir al otro lado de la ria.
Según voy dando la vuelta comienza a lloviznar así que al empezar la subida, me pongo la capa y espero a un Alemán que venía sin luz para alumbrarle el camino.
Comenzamos la subida que ya nos habían pronosticado que sería hermosa y no se equivocaron. Fue de ordago, eso sí, unos paisajes bien bonitos yo me bebí dos litros de agua.
A las 11 de la mañana con 16 km recorridos seguimos subiendo y sin descansar ni un ratito, no me he sentado para nada no hay sitios aparentes. le pido a unas chicas extranjeras que me sacaran una foto a mi y al paisaje, y yo les saque otras a ellas y seguir la marcha
Hemos subido cotas de 500 metros y el caso es que aquí estoy en medio de un bosque y espero encontrar pronto un sitio donde parar para comer algo, y descansar un ratito.

Al final encuentro un sitio y me paro a comer el amaiketako, allí me alcanza el catalán que venía desde Irun también. Después de comer seguimos juntos hasta Markina no sin antes hacer alguna foto.
Una vez en el pueblo nos desvían del camino las señales para ver un edificio que tiene un dolmen dentro. Lo vemos, sacamos unas fotos, y a buscar el albergue que esta cerca.
Llegamos al albergue y un cartel nos dice que hasta las 3 no abre, así que nos vamos a comer un menú peregrino en un bar cercano. Cuando llegamos al albergue cola, un puñado de gente, así que a esperar.
Una vez registrados, ducha organizar lavadora comunitaria, lavamos para cuatro tras curarle los pies a una alemana que tenia ampollas y venia cojeando todo el camino. Mas tarde algo mas descansado salgo a comprar la cena y desayuno.
Tras dar una vuelta por el pueblo, hacer un par de fotos, un zurito con Antonio el catalán y para el albergue, que hay que cenar, que las 6 llegan enseguida.
Al tumbarme para dormir, me pregunto una chica en la cama de al lado si roncaba por la noche, le contesto que me lo diga ella al día siguiente, que yo no me oigo. El caso es que la que ronco, y bastante fue ella, pero como estaba dormida cuando me levante no le dije nada.