San Vicente de la Barquera Vidiago, Camino del Norte

San Vicente de la Barquera, Vidiago

30 de septiembre de 2021 Octava etapa, de este tramo del camino del norte. 36,17 km

Me vibra el móvil a las 6 de la mañana como todos los días y me levanto al servicio. Al de unos minutos recojo en silencio todas las cosas y con el mínimo ruido posible me voy al salón a poner la mochila bien y sacar las cosas del desayuno.

Tras tomar los polvos con las magdalenas, lo recojo todo y me preparo con la luz frontal a salir al camino.

Salgo al fresco de la mañana y cojo el que yo creo es el Camino de Santiago y arranco a andar.

Al cabo de un rato veo que no hay ninguna señal. Saco el móvil y veo que estoy desviado del camino según la app Buen Camino. Así que vuelta para atrás, y dar unas vueltas asta que al cabo de un rato ya enfilo el camino que es el mismo que el camino Lebaniego.

Con paso firme y a un ritmo aceptable hago unos km sacando fotos al amanecer que sale bonito. A eso de las 9:30 veo un bar abierto y paro a tomar una cerveza y un pincho.

Tras el descansito y el pintxo sigo ruta entre casas muy bonitas algunas y llego a una que tiene un peral cuajado de peras. Veo algunas en el suelo con buena pinta y cojo una, limpiándola un poco me la como. Esta riquísima, dulce, en su punto.

Sigo haciendo km y llego a Unquera donde las corbatas. Saco unas fotos al rio, el día tiene una luz preciosa y la aprovecho para las fotos.

Tras pasar el puente sobre el rio Deba, ya me encuentro en Asturias y he dejado Cantabria atrás, el camino gira a la izquierda y pasa por unas casas con una higuera cuajada de higos. Cojo tres o cuatro y me los como sobre la marcha, mientras subo. Que conste que estas cosas que voy comiendo las cojo desde la carretera, sin entrar en ningún sitio.

La cuesta dura un ratito y subo sin aliento dirección Colombres que es donde yo pare en el 2014 cuando hice este mismo camino.

Entro en una tienda a preguntar por unas hebillas y como no tienen sigo rumbo a Vidiago. Paso por el rio Ansa y voy sacando fotos a una barca y al rio, que tiene unos reflejos muy bonitos.

Ya a 9 km del albergue estoy con los pies hechos polvo y veo un bar al lado de la carretera, así que paro a descansar y de paso comer algo. Fabada con costillas y pudín 16€ el menú, mas caro que en Bilbao. Cuanto mas pequeño el pueblo mas caro cobran.

Tras comer sigo con ganas de llegar al albergue a descansar. Paso por la playa de Vidiago que no es otra cosa, que un pedregal abierto al mar. Saco una foto y me subo la cuestita que hay.

Al cabo de un rato veo unas ovejas que están pastando con sus crías y veo una que les esta balando a sus compañeras. Sus balidos son distintos lastimeros y continuos, sus compañeras se van y ella les llama y no le hacen caso. No entiendo que pasa, y sigo el camino cuando de repente veo un corderito que parece estar muerto, y entonces entiendo el balar lastimero de la madre oveja.

Me acerco al Cordero y hago ruido con la valla y de repente se despierta, y se viene a donde mi pensando que soy su madre.

Se choca con la valla y me lanza unos balidos lastimeros, así que cojo y voy hacia atrás que esta su madre llamándole y el por dentro de la valla me va siguiendo.

Por fin la madre vuelve a llamarlo ya mas cerca, y el corderito al oírla se dirige hacia ella y se van los dos tan contentos, echando una mirada atrás como dándome las gracias por la ayuda.

Yo sigo camino y al fin llego al albergue el caserón de Vidiago. Agustín me atiende bien y me explica todo. Cojo la cama pongo el saco y me voy a la ducha con ropa limpia. Justo en ese momento llega Matthew un australiano que vive en Zurich y habla italiano y algo de español.

Tras la ducha lavado de ropa y a colgar y voy a registrarme y pagar. Le pido un plátano y unas palmeras para mañana, le pago todo y a escribir esta crónica.

Mas tarde llega también un chico de Vigo Daniel, que llevamos coincidiendo varios días como con el australiano.

Ahora mientras escribo la crónica entre matthew y yo nos estamos cepillando una botella de, sidra que entra muy bien.