Poladura de la Tercia Bendueñes

Poladura-Bendueñes — Iglesia de Nuestra señora de Bendueñes. camino del salvador

3ª Etapa Poladura de la Tercia Bendueñes

Como todos los días hoy 2 de Mayo de 2017 nos levantamos a las 6 de la mañana para desayunar y salir. A las 6:25 salgo hablando por la radio y seguido carretera dispuestos a andar los 30 km hasta Bendueñes.

Los primeros pastizales llevan a zonas más rocosas, con pasos más estrechos. Dejando Peña Cháncara a mano izquierda, el Camino rodea el collado Los Eros para ascender hasta el alto de Los Romeros, donde se alza la cruz de San Salvador (Km 2,8). La cruz con su mástil pesa nada menos que 250 kilos, y fue colocada por José Antonio Cuñarro «Ender» y 8 amigos el 22 de septiembre de 2012. Aún deberemos salvar un desnivel de 120 metros hasta alcanzar el Canto la Tusa, la cota más elevada del Camino de San Salvador (Km 3,7) .

Una vez echas las fotos de rigor seguimos hacia arriba llegando a la cota de 1570 m sobre el nivel del mar. A partir de hay, bajada hasta el puerto de Pajares. Parada, descanso, cafe, y a seguir bajando por caminos entre acebos y encinas.

Mas tarde después de pasar el pueblo de Payares iniciamos una bajada con una fuerte pendiente primero pasando por unos paisajes muy bonitos y unos bosques y luego por un pedregal rompe piernas que nos dejo baldados durante bastante tiempo.

Una vez abajo un descanso y otra vez subida durante unos cuantos km hasta un pueblo, llanos de Soberon donde nos tomamos una cervezas en el hogar del jubilado que nos atendieron muy bien.

Luego otra bajada por una carretera larga hasta la carretera general. En la carretera decidimos seguir por ella pensando que hiriamos mejor y metimos la pata ademas de andar mas km nos alejábamos del albergue.

Le llame a la chica que lleva el albergue, sandra y dijo que nos bajaba a buscar ya que el albergue estaba mas arriba y nos habíamos alejado

Una vez llegado a Bendueñes, una grata sorpresa. Albergue coqueto muy bonito con una hospitalera encantadora, amable hasta decir basta. En el había de todo y ademas Sandra nos trajo unas lentejas con tropiezos increíbles de buenas. Hasta nos dejo el café preparado para el día siguiente. Al preguntarle como apuntábamos lo que consumíamos, nos dijo que era la voluntad, que dejáramos en una caja lo que quisiéramos dar.

Unas fotos por los alrededores y luego cena de lentejas, un chupito y a cuidarnos los pies, a Mayka botella fría en el hombro para la inflamación y a la cama que al día siguiente hay que madrugar, y no queríamos molestar a los demás peregrinos.