Aguilar de Campoo Cervera de Pisuerga Camino Olvidado

Aguilar de Campoo Cervera de Pisuerga

24 de septiembre de 2024 8ª etapa de este Camino Olvidado o Camino Viejo Con la Montaña por Testigo . 29,55 Km

Me levanto como todo los días y tras desayunar en la habitación me salgo al camino a recorrer los 30 km que hay hoy de recorrido.

Salgo por la carretera hasta llegar a la presa y girando a la derecha me meto por un bosque donde se me aparece un corzo que salió de estampida al enfocarle con la luz.

A los 5,600 km de la mañana llego a Corvio y le saco unas fotos a la iglesia de Santa Juliana.

Sigo andando a buen paso, hoy no hay apenas subidas y a las diez y trece minutos de la mañana me paro para quitarme el plumas porque esta mañana hacía fresquito y venía con el plumas puesto casi todo el camino y me lo he quitado ya. Llevo recorridos 16 kilómetros parece que hoy llevo un buen ritmo pero nada. He pasado los pueblos que no tenían nada y el pueblo que estoy pasando ahora mismo le voy librando así que no sé si encontraré algún sitio donde tomarme una cervecita y descansar 10 minutos

Llegó a Salinas de Pisuerga a las diez y veinte , con todos los bares cerrados y 17 kilómetros recorridos a ver si encuentra alguno más adelante.

Le saco una foto a la iglesia parroquial San Pelayo, está construida en piedra de sillería durante el siglo XVI y tras pasar el puente medieval de nueve ojos para cruzar a la margen izquierda del Pisuerga del siglo XVI y por un desvío que hay al otro lado del puente cojo dirección a Cervera de Pisuerga.

Según voy bordeando el rio le hago unas fotos al mismo porque esta muy bonito con los reflejos en el agua. Ademas hay algún pescador intentado hacer alguna captura

Allá a las once y veinte, encuentro un sitio aparente en Barcenilla de Pisuerga ya llevo 20 km y el cuerpo está cansadito así que me paro para descansar mientras me como el amaiketako en un sitio muy aparente, con fuente, papelera, mesa, ideal para ello, por lo tanto aquí me quedo media horita y sigo la marcha hacia Cervera

Según voy andando por por la pista de tractores me encuentro un aldeano que tenía un un montón de vacas, y me empieza a preguntar cosas del camino, el caso es que terminamos hablando de economía y política internacional estuve una hora parado ahí hablando, así que tiempo perdido.

Ahora estoy atravesando el pueblo de Vado son las 2:10 y llevo 27 kilómetros andados y tenía que haber llegado hace rato pero bueno al final la charla ha sido entretenida.

Llego a Cervera de Pisuerga y pregunto por un sitio para comer.

Una chica me dice dónde está la calle de los bares y me siento en uno para comer un plato combinado de dos huevos fritos filete de ternera y ensalada.

Estando en el bar me pregunta un chico si voy haciendo el camino y le digo que si.

Empezamos a hablar y resulta que el chico ese, es el sobrino del padrino de mi hermana y tiene familia en el mismo pueblo donde nací yo. Coincidencias de la vida.

Pago los 16€ del plato combinado los 5 de las dos cervezas el 1,6 del pan y el 1,6 del café y al albergue.

Me han enviado el código por Wasap pero no me aclaraba mucho al final consigo sacar la llave de la cajita y entro. En este albergue no vemos a la hospitalera, se paga por Bizum, te da el código, y ni sello tiene para la credencial.

Me ducho, lavo la ropa, la tiendo y me siento en el patio a intentar reservar en guardo. Nada, todo lleno, no hay manera de conseguir sitio en Guardo así que habrá que improvisar.

Me salgo a la calle y voy a ver si está la iglesia abierta y me sellan porque en el albergue no hay.

En la iglesia nada, seguido subo hacia arriba a un museo privado que hay, es de fósiles, de un hombre, bruno, Jesús Alonso.

Es increíble la cantidad de piedras y fósiles que tiene allí miles y miles. Además piezas de las minas de carbón.

Le dejo un donativo a Bruno y me bajo a los bares a conseguir un sello. Al final en un mesón me sellan y me subí al albergue.

Recojo la ropa y tras charlar un rato por tlf con mi mujer bajo para abajo a cenar algo.

Callos con tomate y seguido para el albergue a escribir la crónica y dormir, no sin antes charlar un rato en la cocina con otras personas que había en el albergue, mientras se preparaban la cena.