Dia 16 de septiembre de 2016. Salimos de Ferreiros como todos los días a las 6:35 de la mañana con la idea de dormir en Ventas de Narón.
En el albergue de Ferreiros solo estábamos nosotros dos y dos chicas extranjeras, una llego se metió de en la cama y no salio de ella, y en la cama la dejamos. Por cierto seguimos sin jaboneras. Es la leche pero no hay jaboneras en casi ningún albergue y en los albergues de la junta de Galicia no hay nada de menaje de cocina.
No ha llovido en todo el día aunque si ha estado siempre nublado y con frio.
Pasamos por el pueblo de Portomarin atravesando el embalse por el puente. Portomarín es un pueblo grande con un núcleo central bien conservado y grandes arcadas y con una Iglesia cuadrada en mitad de la plaza
Al llegar salía un grupo de jóvenes que iban andando pero sin mochilas, debían ir de reserva en reserva y con traslado de maletas en taxi, muy habitual desde Sarria.
Hemos hecho pocos Km, parando en Ventas de Narón, según la guía había tienda y otros servicios, en realidad sólo había dos albergues privados con restaurante.
En el albergue donde hemos estado nosotros tenían cinco habitaciones, todas ocupadas, y sala común para aproximadamente 15 plazas, hemos estado solos.
Hemos comido en el restaurante (menú peregrino) y cenado una hamburguesa (buena).
El albergue está situado estratégica mente en la zona de paso, al llegar estaba lleno de peregrinos recargando energías y ha estado así hasta las 16-17 h.
En el pueblo hay una pequeña ermita muy antigua que la abren a las 18h., un hombre ciego cuenta la historia de la iglesia y los templarios. Reta ha encontrar cruces en la fachada del inmueble, apostándose una cerveza.
El texto de esta entrada lo he tenido que copiar de Xavier, mi compañero de camino, debido a que apenas escribí desde aquí a Santiago. me estoy haciendo vago.